jardines_calatravos

25 03 2014

Data del siglo XV aunque algunas de sus obras, como la cubierta del vestíbulo, de estilo mudéjar, se dice que es del siglo XII. La casa aledaña se construyó en el siglo XVII y la impresionante fachada barroca es del siglo XVIII. Las puertas que dan acceso al recinto pertenecían al antiguo Palacio de la Inquisición que hasta 1823 ocupaba una buena parte de la Plaza Mayor de Palma. Y así, entre esa mezcolanza de estilos e historias nos adentramos en un pequeño viaje para los sentidos.

Los jardines, del siglo XIX, dan nombre a este lugar, los Jardines de Alfabia. Modernos y de estilo paisajístico, rodeados de palmeras y bambúes, son la antesala a una propiedad que ha pertenecido a la familia de Rosellón y Cerdaña, a los moriscos Ben-Abet, a los Bennàser, los Berga, Villalonga, Santacília y Burgues Zaforteza.
Estos jardines, como decía, son modernos, y nada tienen que ver con la sucesión de huertos, o la gran pérgola de 72 columnas que cubre la escalinata entre estos. El aljibe es digno de mención, y la claridad de sus aguas… y no me olvido del bar, sí. Hay una pequeña terraza que convierte un café en una auténtica delicia para disfrutar de la visita.

Quizás haya más familias, no he indagado tanto. Y cada una de ellas, en su momento, aporta a la posesión algo que perdura en el tiempo y que hoy los identifica.

Y así es como encontramos escudos de armas de varias de ellas, inscripciones de otra, libros, pinturas, retratos… todo forma parte de un archivo histórico fabuloso cuyo contenedor es otro más valioso aún, la casa de Alfabia. La biblioteca, por ejemplo, cuenta con más de 1200 libros que constituyen un fondo bibliográfico más que interesante en el que, yo desconozco su valor, se destaca la Historia de Jaime I, de Bernardino Gómez, de 1584.

En la sala principal llama la atención el gran cuadro de Pedro de Santacília y Pax, caballero de la orden Calatrava pero sobretodo, y esto sí me ha llamado la atención, importante adalid de los Canamunt. Y esto ya es harina de otro costal… en otra ocasión os contaré sobre los Canamunts y los Canavalls e incluso sobre los Torrelles y los Puigdorfiles y toda la bandolería mallorquina de antes del siglo XVII, porque hay mucho que contar.

En fin, sigo… la silla del rey moro o la habitación de Isabel II también llaman la atención. La silla del rey moro, que no es de ningún moro, es sencillamente una obra de arte. Se trata de una silla tallada en Flandes en el siglo XIV de traza gótica en la que se ven unas figuras representadas. En la parte trasera aparecen Calisto y Melibea reunidos en el huerto. También se ve que el Rey los espía subido en el arbol y es el reflejo de éste en la fuente lo que alerta a Calisto de su presencia. Esto es lo que hay inscrito en una plaquita junto a la silla a modo de información. Yo he revisado por encima La Celestina de Fernando de Rojas y no veo la figura de un Rey espiando a Melibea por ningún lado… a lo sumo podría pensar en Patronio, el padre de ella, pero no lo veo claro. En fin, quizás no sea relevante. Por otro lado, la habitación, que recibe el nombre de Isabel II porque ésta pernoctó en ella en un viaje a la isla, es la única dependencia de la propiedad que disponía de aseo y bañera, que se mandaron  instalar para la ocasión. Además, llama mucho la atención, la puerta de la habitación que es una obra de arte del rococó francés del siglo… XVIII.

Una almazara, cuadras y establos están también abiertos al visitante. Una capilla y una pequeña sala de reunión… en fin, a día de hoy ha sido la visita más inquietante de las que hemos hecho por la isla.

Hay más información en http://www.mallorcaquality.com/alfabia/