bellver_y_las_avenidas

16 03 2014

Esta mañana hemos subido al Castillo de Bellver, ya sabéis, el castillo de planta circular que hay en Palma de Mallorca. Si no todos, casi todos hemos oído hablar de él.

Bueno, para ir entrando en el tema, he leído y así cuentan, es de principios del siglo XIV y se trataba de la residencia real del Rey Jaime II, después del Rey sancho y más tarde del Rey Jaime III. Vinieron más después creo. Más tarde se convirtió en fortificación y sufrió algunas modificaciones para alojar la artillería. Se puede pasear por prácticamente todo el castillo. En su interior alberga el Museo de Historia de la Ciudad de Palma y aquí es donde aparecen las Avenidas.

No sé si conocéis las Avenidas, o Avingudes, de la ciudad de Palma. Se trata de una gran avenida que rodea la ciudad cuyo trazado es un tanto peculiar. Su nombre, Avenidas, se debe a que cada tramo de este trazado tiene nombres de Avenidas diferentes.

 De este a oeste son: Avenida de Gabriel Alomar i Villalonga, Avenida de Alexandre Roselló, Avenida de Juan March, Avenida Conde de Sallent, Vía Alemania y la Avenida de Portugal.

Ni que decir queda que circular por ellas en coche, no quiero pensar en ir en bici, es una proeza… yo necesito estar concentrado exclusivamente en tomar cada curva, en no rozar a los vecinos, cuidarme del carril VAP y de los autobuses, taxis y turistas en coches de GoldCar… así que una tarde, circulando por ellas pensé que sin duda quien diseñó semejante trazado,  ahora sé que fue Don Bernardo Calvet, tortuoso por llamarlo así, no merecería más que ir a la carcel por ser un alto riesgo para la perpetuidad de nuestra especie si creyó que se podría circular de forma segura por ellas.

Pues bien, resulta que fueron los árabes quienes entre los siglos X y XIII, levantaron sus murallas siguiendo un trazado que sirvió de inspiración a nuestro ingeniero Calvet. Posteriormente las murallas se rediseñaron en los siglos XVII y XIX y sus trazados casi se correspondían con el actual trazado de las Avenidas. A partir de 1902 se comenzaron a derribar las murallas tras el decreto del Rey Alfonso XIII que lo consentía con el fin de favorecer la expansión de la ciudad dado el crecimiento urbanístico inminente.

Este proyecto urbanístico de Calvet tenía algunos fallos, entre ellos el no delimitar la altura máxima de los edificios según la anchura de las calles. Únicamente establecía la altura mínima que debían tener de forma que rápidamente aparecieron edificios altos que originaron calles oscuras en el ensanche de la ciudad, todo lo que rodea las Avenidas. Y fue el arquitecto Gabriel Alomar el que sucedió a Calvet en 1941 con un plan urbanístico que dió lugar a la actual ciudad de Palma de Mallorca, no sé si mejor o peor.

Así pues, os recomendamos que visitéis el Castillo de Bellver, de la Bella Vista, porque sí es cierto que desde ahí se ven el mar, la sierra, el puerto, la ciudad, el bosque… en fin, ideal para una bonita residencia.


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