Una limonada en la Imprenta Casado. El río Bernesga y el río Torío se únen y yo no lo sabía. Unas sidras en El Lavaderu. Una cervecita en la Candamia. La Deutsche Bäckerei de León cerrada. Conocer la historia de Genarín. Salir con la bicicleta. Pedirnos un quitahambre. No poder ver una exposición. Descubrir a Leonino. Pedir una fabada que no podíamos comernos. Conocer a Verónica, Judith, Noemí y Maite, a Pablo, Sergio y Ángel. Ir al Monalisa. No probar las tortitas de camarones. Escuchar las bandas de las Cofradías de la Semana Santa de León. Compartir… Ver nieve en el Puerto de Pajares. No poder ver el saco con el pellejo del topo de la catedral de León. Ver el antiguo Café Europa convertido en Taberna Makande. Ver llover. Ver Gijón desde Providencia. Ver Providencia desde Santa Catalina. Conocer un rinconcito de León sorprendente. Encontrarme con Benito. Desayunar en un mirador en Pajares. Cantar canciones de El Barrio y Facto Delafé. Caminar descalzos por San Lorenzo con la mar baja. Recordar Cabueñes y sus encuentros juveniles en La Escalerona. Escanciar sidra y dejar que nos la escancien. Comer torrijas sentados en una piedra. Reírme. Comprar un disco de saetas que no me gusta. He visto Gladiator y Mi nombre es Khan. He secado una lágrima. He visto a Sindy y me ha alegrado mucho más de lo que imaginaba. No he hecho fotos porque me he olvidado la cámara cada día. Te he quitado la arena de los piés. He sentido el viento fuerte y el olor del mar bajo el Elogio del horizonte de Chillida y me he emocionado. Me han clavado 12 euros por un tramo de autopista. Mancharnos de sidra al romperla malamente. He limpiado la casa. He visto fotos de mi sobrina. Planeado un poquito mi vuelta a la Península en verano…
… mezclar y vivir todo esto y más en sólo un par de días puede parecer imposible o complicado, creedme cuando os digo que sí es posible, pero, lo mejor de todo, sin duda, es que nada estaba previsto.