Todo lo que creemos que vamos a necesitar durante cuatro días para vestir, caminar, dormir, resguardarnos por la noche, beber, calentar y comer, todo debe caber en nuestras mochilas. El resto, la ilusión, las ganas y las sensaciones las dejamos libres por parajes como este que véis en la foto. Cuatro días y sus cuatro noches en los montes de Bavaria, en un punto en el que las fronteras separan Alemania, Austria y la República Checa, alejados de la civilización, de las luces, del mundo… un cara a cara con la soledad de esos parajes y el reencuentro con las soledades de uno mismo. A 20 grados bajo cero en un paisaje pintado de blanco y salpicado de sentimientos.
Ya os contaré cómo es y qué se siente al pasar días y noches de invierno en estos parajes.
¡Estoy emocionado!