la_sidra_natural_y_un_vino_en_tetra_pack

14 04 2012

Hola; ya os comenté que asistí a una cata de vinos en Jumilla y la experiencia que supuso aquello con la visita a la finca de cerezos y demás. Me encantó. Pero quería aprovechar este ratito para comentar algo. Escuchando a gente que entiende bastante más que yo sobre vinos, envases y demás relacionado con el mundio del vino, por no decir muchísimo más,, tuve que disentir con alguien sobre un aspecto importante. Os cuento:

Antonio Navarro, hablando sobre las cualidades de los vinos y métodos de conservación, argumetó que el corcho no es el mejor tapón que hay para los vinos y que la botella no es el mejor envase para conservar las propiedades del mismo. Francamente estoy totalmente de acuerdo por dos cosas fundamentales y en desacuerdo por una. Veréis; primero me explicó las ventajas de emplear tapones de rosca frente al empleo de los de corcho que pueden presentar defectos además de ser más caros. Y en segundo lugar me explicó las ventajas de un envase tipo TetraPack frente a las de la botella de cristal tanto a nivel económico ya que fabricar una botella de vídrio es más costoso que fabricar un TetraPack, como en el proceso de reciclaje así como la mejor conservación del vino en uno frente a otro. Y en ambos casos no puedo menos que darle la razón, vamos, que me convenció. Antonio es, para mí, un verdadero entendido en estos temas y las referencias que hay sobre él a este respecto no dejan lugar a dudas.

Sin embargo, disiento en todo por algo que me parece más fundamental. El gesto. El gesto que cambia el momento. Veréis, es posible que el vino esté mejor en el TetraPack, y que un tapón de rosca ayude a conservar mejor las propiedades del vino, pero resulta que creo que en la vida no sólo es importante ‘el contenido’ sino todo lo que le rodea. El momento, el lugar, el sentimiento que uno mismo pone en el desempeño de cualquier tarea, y evidentemente aquí, en el caso de los vinos, esto significa que haya muchas diferencias.

Francamente, os hablo muy en serio, no me veo cenando en casa con la mujer de mis sueños, abriendo un TetraPack y echándole vino en un vaso Duralex… por muy de puta madre que esté el vino. Señores, me quedo con uno peor, con menos aroma o con menos propiedades gustativas pero sabe Diós que descorcho esa botella de cristal y le sirvo el vino en la copa… sí o sí.

Puedo poner otro ejemplo, con sidra natural, y es precisamente muy reciente también. Mirad, en Santiago de la Ribera, junto al Mar Menor en Murcia, hay una sidrería. Tienen colocada en la pared una especie de máquina que parece un tablero con unas piezas que sirven de sujección para el vaso de sidra y para la botella y con un dispositivo el cual, al actuar sobre él inclina la botella lo justo para que la sidra caiga sobre el borde del vaso, se rompa perfectamente y puedas disfrutar de una buena sidra. Bien, muy bonito y muy rica… puedo deciros que la mejor sidra de mi vida, y esto no es poco, me la tomé hace apenas un par de semanas sentado en la escalera frente al Lavaderu, en Cimadevilla, manchándome las manos de la sidra que se esparcía cuando la rompía malamente, y si puedo repito. Haya las máquinas que haya donde quiera que las haya.

Esto lo digo porque creo que en la vida a veces los pequeños gestos son los que verdaderamente marcan la diferencia, los que ayudan a conquistar esos territorios vírgenes del ser y los que nos dan la oportunidad de sentir en esencia qué somos. Por eso, aunque el mejor vino esté envasado en TetraPack o lleve un tapón roscado, seguiré buscando costosas botellas de vídrio verde oscuro y copas con poco plomo, y de igual modo seguiré comprando libros impresos en papel aunque contamine más y me resistiré cuanto pueda al Kindle… es sólo una cuestión de sensaciones y de la manera en la que decidimos dejar que lleguen a nosotros.





_camino_de_esperanzas_

26 04 2009

Es emblemático, está oculto en uno de los barrios de Cartagena, es conocido y sin embargo capaz de sorprender a todos, es dulce y romántico, es viejo y renovado… huele a frutas, infusiones y esperanzas… las de quienes aprecian tanto a alguien como para llevarle ahí a compartir momentos. Es Villa Esperanza… ¿no la conoces?…





_islas_mares_y_otros_sueños_

31 08 2008

Quien dice a las nueve dice a las once.

Anoche, por un momento, conforme zarpábamos, sentí que se quedaban ahí las realidades a las que a veces no queremos mirar. Es una sensación muy especial de libertad temprana que nos llega así en unos minutos y a la que nos gusta dejar hacer. Conforme se alejan las luces se acerca el silencio removiendo el mar y la música de fondo asoma un buscándose un huequecito. Y bueno, resulta que tú estás ahí. Y me despierto, a las 02:30 horas de la madrugada.

Bueno, a todo esto, comento un poquillo. Anoche fuimos al Puerto y nada, estaban celebrando la Clausura de la Audi MedCup, había unas actuaciones, danza, etc. para concluir con unos fuegos artificiales que me gustaron sobre todo porque salían desde el mar levantando agua consigo.

Y seguido, de ahí fuimos al Isla Ebusitana rumbo Cabo Tiñoso y durante tres horas nos alejamos un poquito del mundo.

Es un velero del siglo XIX que ahora dedican a esto, a hacer pequeñas travesías por el litoral Levante y está preparado, con su musiquilla, copas, picoteo… ya como se lo tantee uno.

La salida de allí fue extraña, no sé si incómoda o emocionante de pronto, porque tanta gente que estaba allí viendo los fuegos artificiales de seguido estaba viéndonos a nosotros zarpar… era una sensación… uff!.

Ya, cuando empiezas a ver Cartagena a lo lejos, pero no solo verla a lo lejos, sino que a esa nueva perspectiva le tienes que sumar el rumor del agua rompiéndose con el paso del barco, el balanceo y la brisa, que ahí es diferente, la música suave que han puesto, las luces así tenues que hay en el barco y tú niña ahí sentada mirando aún sin creerlo… entonces Cartagena es distinta. Y yo pienso que todo es perfecto.

Es cierto que hubo un poco de… ¿es verdad que estamos aquí? pero creo que mereció la pena, nada más que por la cara que pusiste al subir… como en Guadalest. Hacía mucho tiempo que no la veía y me encantó conseguirla.

Así fue la noche.

Este es el Isla Ebusitana atracado en el Puerto de Cartagena antes de zarpar y la música es del barco…





_el_estanque_

9 07 2008

A veces, en el cauce del río encontramos un montón de piedras, un socavón, algo que traba su avance. Es un momento delicado en nuestras vidas porque se detienen nuestros progresos y el tedio se asienta en el día a día. Lo bueno o bonito de todo esto es que lentamente el río este que es la vida misma va llenando ese socavón aumentando su nivel hasta que logra sobrepasarlo por encima o el agua se escapa por alguna linde más baja, esa salida inesperada o esa superación que siempre llega. Es algo lento, desesperanzador, un proceso en el que la tristeza y la frustración se pueden apoderar fácilmente de nosotros augurando que nunca sobrepasaremos ese obstáculo. Cuando el agua salta por encima de esa pedrera paciente, busca de nuevo su curso, lo encuentra y regresa a él para proseguir, para encarar un nuevo reto que igualmente superará… así indefinidamente hasta que alcanza el mar.

El agua nunca permanece en el estanque eternamente. La vida es fabulosa.





_de_bares_

29 05 2008

… creo que los bares se deben abrir para cerrar las heridas…

Esto es lo que decía ‘galataia’ en su Twitter. Es la frase que más me ha gustado de muchas que he leído o escuchado en mucho tiempo. ¿No parece fabulosa?.

A mí me sugiere tanto desdén hacia las cosas que no han ido bien como hacia el abandono en un sofá.

Podéis seguirla en http://twitter.com/galataia.