Hace ahora dos años vine a trabajar a Mallorca. Recuerdo el día que entré en el taller y después en el hangar y vi los helicópteros. Unos SudAviation 330 de 1964 que me enamoraron nada más verlos. Ni idea tenía de helicópteros yo, ni de la cantidad de trabajo de mantenimiento que hay detrás de cada hora de vuelo. A día de hoy mi trabajo me apasiona.
Por otro lado, hace 34 años el Real Club Naútico de Palma organizaba una regata abierta. En 1984 el Bribón participaba en esta regata y la afición del Rey le dio nombre a la que apenas séis años después contaba con más de 100 barcos en el agua y se convertía en un modelo para hacer que la navegación entre barcos desiguales fuera más justa.
Hace apenas una semana don Jacinto Rodríguez caía al agua desde su TP52 cuando navegaba de Barcelona a Palma para participar en la trigésimo cuarta edición de la Copa del Rey MAPFRE. Ocurría cerca de las cuatro de la madrugada y se activaron los servicios de búsqueda y Salvamento Marítimo. El SAR acudió a relevar al HELIMER 201 cuando localizaron al armador y patrón del Duende 52, a algunas millas de la Dragonera y lo evacuaron. Llevaba en el agua unas cuatro horas y era conocedor de que no alcanzaría la costa y de que su única salida era ser rescatado.
A todo esto, yo no iba en el helicóptero, ni participé en las labores de búsqueda. Sin embargo la alegría que sentí es inmensa. Hacerle el mantenimiento a un SA330 es, digamos, pesado, no es lo mismo que hacérselo a un EC135 o a un AW139, pero vamos, ni de cerca y de alguna forma, el esfuerzo de cada día, el calor y el sudor trabajando en el hangar, las veces que piensas que no avanzas porque hay demasiados problemas y pocos recursos, pues todo eso parece que se esfuma al instante cuando ocurren cosas como esta porque gracias a esos días en el hangar, a ese sudor, a ese esfuerzo de todos, la aeronave vuela y la tripulación cumple las misiones.
Y pienso en los compañeros, tanto a los de mi taller como al grupo de rescate de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Policía Nacional… en todos cuyo trabajo es ayudar a otros y vaya que me encanta la sensación.
Así que me alegro mucho por don Jacinto. Además ha despertado un pequeño y nuevo interés. No tenía ni idea de regatas, de tipos de embarcaciones de competición, y resulta que es más que fascinante así que ya tengo para largo a la hora de descubrir todo esto tan nuevo para mí: TP52, ORC 1, un SWAN, Do Not Compete… en fin, una barbaridad de cosas, pero sólo por curiosear.
Si además, después de todo ocurre algo como esto…
De izquierda a derecha, buzos rescatadores, mecánico de vuelo, Jacinto, S.M. el Rey, el Ilsmo. Coronel del ALA49 y los piloto y copiloto del Puma, y creo que fueron con el HD19-03. El que escribe, mecánico de tierra 🙂 Pues eso, aunque trabajemos a la sombra de toda la parafernaria, momentos así son fantásticos para todos los que nos dedicamos a esto, nos gustan y motivan.